Para identificar el aprendizaje móvil o mobile-learning (m-learning) es preciso identificar sus principales elementos: tecnología móvil, Tecnología de la Información y la Comunicación, aprendizaje, y flexibilidad. Así, “El aprendizaje móvil comporta la utilización de tecnología móvil, sola o en combinación con cualquier otro tipo de tecnología de la información y las comunicaciones (TIC), a fin de facilitar el aprendizaje en cualquier momento y lugar.” (UNESCO, 2013) El uso de los dispositivos móviles en esta opción de aprendizaje es fundamental, además, las posibilidades se amplían si se encuentra conectado a Internet.
El aprendizaje móvil, como su nombre lo indica, se apoya en los dispositivos móviles, es decir, dispositivos digitales, portátiles, que pertenecen a una sola persona, la cual los controla, que tiene acceso a Internet, que tiene posibilidades multimedia y que facilita la realización de diversas tareas, en particular las que tienen que ver con la comunicación.
Los dispositivos móviles pueden emplearse tanto dentro como fuera del aula para acceder a recursos pedagógicos, para conectarse con otras personas o para crear contenidos; una de sus características más distintivas es la ubicuidad, es decir, que a través de él las personas o los contenidos, o los recursos se encuentran disponibles (mientras estén conectados a la red) en cualquier lugar al mismo tiempo.
Las características básicas del aprendizaje móvil se refieren a la movilidad, al uso de dispositivos móviles en cualquier lugar, a la ubicuidad, a la conexión permanente a Internet y al uso de recursos adecuados, ágiles, atractivos, funcionales y novedosos tanto para las generaciones actuales como especialmente para las venideras.