En su esencia, la investigación* es la búsqueda de la verdad. No considera la verdad revelada. Podemos decir, que el hombre va conquistando parcelas de conocimiento mediante la especulación, la observación y la experimentación.
“La investigación es una actividad que el hombre realiza, voluntaria y conscientemente, para tratar de encontrar un conocimiento verídico sobre una determinada cuestión; es decir, para aprehender una parcela del conocimiento que permanecía oculta para los hombres.” (Primo, 1994, p. 17)
Para la mayoría de los estudiosos de la ciencia y metodología de la investigación, parte del esfuerzo del investigador, no persigue únicamente la aproximación a la verdad, sino que se dirige al “dominio” de las posibilidades que brinda el universo de saber para beneficio del hombre.
Aristóteles, al referirse a la investigación, decía: Aprender es el más grande de los placeres no solamente para el filósofo, sino también para el resto de la humanidad, por pequeña que sea su capacidad para ello.
R. Mandolfo, (1970) considera que la investigación surge cuando se tiene conciencia de un problema y nos sentimos impelidos a buscar su solución. La indagación realizada para alcanzar esa solución constituye, precisamente, la investigación propiamente dicha.
Como señala Tamayo, M. (1981) la investigación no es una mera búsqueda de la verdad, sino una indagación prolongada, intensiva e intencional. Es un examen cuidadoso o crítico, una pesquisa diligente en la búsqueda de hechos o principios. La investigación es una forma de pensamiento crítico. Comprende la definición y redefinición de problemas, la formulación de hipótesis o soluciones sugeridas, la recopilación organización y valoración de datos, la formulación de consecuencias y el ensayo cuidadoso de las mismas.
J. W . Best, señala que la investigación es el proseo formal, sistemático e intensivo de llevar a cabo el método científico de análisis. Comprende una estructura de investigación más sistemática, que desemboca generalmente en una especie de reseña formal de los procedimientos y en un informe de los resultados y conclusiones.
Zorrilla, (1996), explica que la investigación tiende a descubrir respuestas a ciertos interrogantes, mediante la aplicación de procedimientos científicos, en donde el propósito final de la investigación, estriba en descubrir principios y leyes, y desarrollar procedimientos para explicarlos en un campo de la actividad humana, es decir, la investigación constituye el principal instrumento del trabajo científico.
No siempre el fin del investigador es puramente ampliar el conocimiento del universo, en muchos casos, lo que el investigador persigue, es obtener información cierta, que le permita realizar un determinado fin práctico, de interés tecnológico, social o económico. Para ello se basa en la imagen del universo, vigente en su tiempo, es decir, en el conocimiento científico.
Por esta causa, se ha convertido en una actividad cuyos efectos para la sociedad son trascendentes y con ello en un fenómeno social muy complejo. En la actualidad, la investigación tiene tantas facetas, adopta tantas formas y persigue tan diferentes objetivos que cualquier definición de la misma es imperfecta e incompleta.
Primo Yúfera (1994, p. 19), describe que “la intención del investigador define dos grandes tipos de investigación: la investigación de carácter científico básico, que persigue simplemente ampliar el conocimiento del universo, sin preocuparse de la posible trascendencia práctica de su trabaja, y aquella otra que pretende obtener un conocimiento técnico para una aplicación utilitaria. Esta aplicación exige “saber hacer”, al que se llega mediante una última fase de la investigación que se conoce, en todo el mundo avanzado, con el término de “desarrollo tecnológico”.