Hoja Pedagógica DOCE
Buda
El príncipe que abandonó todo
Buda fue, y siempre ha sido, el pensador de la Filosofía, de la religión en el mundo oriental. A partir del siglo VI antes de nuestra era, se ha venido focalizando un pensamiento de interés social; esta doctrina litúrgica ha tenido eco en el mundo occidental de este tiempo. No podemos pensar el mundo oriental sin el pensamiento del joven príncipe, buscador de la serenidad y buscador de una pizca de la verdad, y tal vez, la verdad de nuestro sistema educativo en el mundo occidental, parafraseando a Mircea Eliade.
Shakyamuni nació a finales del siglo VI a.C., en el jardín de Lumbini, cerca de Kapilavastu, capital de un pequeño principado fronterizo en la vertiente India del Himalaya.
A Buda se le designa con diferentes nombres; Siddharta que significa “el que ha realizado su fin”; el nombre que le impusieron a nacer, Gautama, que es un patronímico que tiene muchos significados: el Sabio, Bienaventurado, el que es igual, el Perfecto, Buda, el Iluminado, el Victorioso.
Fue hijo del rey Shuddhodana y de la Reyna Maya. Recibió una educación principesca, una didáctica tradicional, donde memorizar era lo más conveniente para un príncipe que estaba rodeado de todos los placeres de la vida.
Como era de esperarse, la leyenda se apoderó rápidamente de este hombre y en la cual se hace mención del siguiente relato: se cuenta que bajó del cielo por amor a las criaturas, entró en el útero de su madre en forma de un pequeño elefante blanco, como una epifanía, su madre pura y casta dio a luz a este niño, que ya manifestaba unos dotes extraordinarios en el aprendizaje.
El aprendizaje del joven príncipe se fundamentó en la repetición de escritos del pasado, como la Ciencia, la Filosofía y las Matemáticas; todos estos cuestionamientos lo llevaron a una reflexión profunda de su ser. En un paseo el joven príncipe tuvo encuentros que le revelaron la miseria humana: un viejo, un enfermo y un muerto, lo cual impactó en su vida; el último encuentro que determinó su vocación fue con un mendigo implorando una limosna; su propia educación género en él la inquietud de preguntarse:
“¿Qué es todo aquello que perciben mis sentidos?”
“¿Por qué existe el sufrimiento humano?”
Después de esa ocasión ya no volvió a ser el mismo y una noche dejó en silencio la comodidad y la seguridad del palacio y comenzó su vida errante, buscando un aprendizaje que le otorgara la verdad.
Su primera experiencia tuvo lugar en la capital de con los ascetas, quienes le enseñaron que para llegar con Brahma era necesario vivir mortificando el cuerpo, a lo cual le llamaban ascetismo; para Buda esto significó una equivocación, ya que a su parecer, con este aprendizaje (ciclo de dolor del nacimiento a la muerte) era imposible conocer a Dios.
Después de esta experiencia se dirigió a Vaishali, a casa de un maestro que enseñaba el control de los sentidos, sin embargo este tipo de aprendizaje para Buda era equivocado, porque él mencionaba que los sentidos eran engañosos.
Entonces después de haber consultado diferentes aprendizajes, se retiró a un desierto (eremus) para ayunar y macerar su carne, pero se dio cuenta que estaba equivocado, su cuerpo se secó y su espíritu se oscureció.
El aprendizaje de la “Vía intermedia”
Buda experimentó diferentes experiencias de aprendizaje, dentro de lo cual comprendió que entre más deseas más sufres, y si anhelas poco, puedes ser pleno de tu felicidad interior.
En el Budismo, la reencarnación está permitida, lo cual entra en los dogmas de fe del mundo oriental. La metempsicosis significa la transmigración de las almas, cuya teoría ya se había manejado en el mundo griego en el siglo VIII a.C., con el poeta Orfeo, donde se mencionaba que según tus obras rencarnarías en un cuerpo digno y podrás purificar el alma, pero si tus obras eran malas, el karma regresaba, pero además se reencarnaría en un ser inferior.
No se aprende nada del mundo
Como el alma ha estado en los procesos de rencarnación ya conoce, pero olvida lo que es, por lo tanto, tiene que recordar lo que ya aprendió en otras vidas, es decir, no aprende, sino recuerda el conocimiento del pasado.
Esta teoría muy peculiar, ya que aparece en los Diálogos Platónicos, del siglo IV a.C.
Todo lo que existe está sujeto al dolor, el origen del dolor reside en los deseos humanos; la supresión del dolor proviene de la supresión de los deseos; el método moral para llegar al nirvana es la inexistencia de todo deseo. Buda se basó en los distintos conceptos del hinduismo para la elaboración de su doctrina.
El monje budista como docente
Desde muy temprana edad la familia lleva a su hijo al monasterio para ser monje, el docente budista enseña al niño, en primer lugar, el respeto a todos los seres existentes en la tierra, porque respetar es obedecer y aprender. Posteriormente, el niño tiene que conocer los oficios establecidos en el monasterio, las oraciones y la meditación son fundamentales. Como podemos observar, el estudio es también otra parte medular del aprendizaje budista, ya que el maestro enseña su discípulo a recordar los conocimientos previos, lo cual logra presentándole todos los objetos de estudio adecuadamente, con el fin de que el discípulo pueda adquirir el conocimiento en el recuerdo de sus vidas pasadas; sin embargo, el alumno aprende de esta vida, lo cual también es necesario.
En este siglo XXI llevamos 14 Dalai Lama, es decir 14 rencarnaciones, actualmente Tenzin Gyatso es el maestro reencarnado, es el océano de la sabiduría, que surge de una estirpe del siglo XV de sus antecesores. Dalai Lama significa en el lenguaje tibetano “Océano de sabiduría”. Es el líder espiritual y representante de buda en la tierra.
¿Cómo se elige un Dalai Lama?
En 1933 muere el Dalai Lama número 13, quien preparó el camino para su sucesor, guiando a la delegación de monjes para identificar su siguiente reencarnación que no se busca, se encuentra; los candidatos son niños, como una prueba se les presenta una serie de objetos para que elijan cuáles de ellos pertenecieron al anterior Dalai Lama, con estas pistas y los sueños místicos de los maestros budistas, se elige al nuevo maestro, que es el reencarnado pero en un cuerpo distinto.
Una vez elegido, el niño empieza un duro aprendizaje en el noviciado; hasta los 18 años empieza con sus deberes de Dalai Lama.
Es interesante esta Filosofía de la religión y lo que podemos retomar como docentes, es inculcar en nuestros educandos el respeto y amor a la naturaleza, a todo ser viviente. Recordemos que la humildad es un eje para ir más allá de nuestras propias fronteras en la práctica docente.
Debemos despertar en los alumnos la inquietud de aprender, pero antes, tenemos que ser nosotros ejemplo de imitación para el aprendizaje.
Autores: José Cruz y Karla Rangel
Fuentes de consulta.
- R, J. (1972). Historia de las Religiones. España: Marín.
- E, M. (1999). Historia de las creencias y las ideas religiosas. México: Paidós
- F, J. (1980). Manual de Historia de la Filosofía. Barcelona: Herder.
- A, M. (2012). Historia de la educación, de la antigüedad al 1500. México: Siglo XXI.