El hombre ha tenido la curiosidad por descubrir si la religión nace con el ser humano o si tiene algún otro origen. A lo largo de la historia han surgido interrogantes como: ¿cuándo aparece la religión en la historia humana?, ¿todos los hechos religiosos hablan de un ser supremo?, entre otras.
Algunos historiadores y antropólogos han estudiado sobre el origen de la religión y hasta la fecha se consideran tres posturas principales: subjetiva, evolutiva y monoteísta.
En el aspecto subjetivo se entiende que la religión surge con el mismo hombre. Se considera que los hombres tienen la necesidad de la existencia de un ser supremo que sea trascendente, que dé sentido a la vida y que oriente el entendimiento de los acontecimientos que para el hombre son inexplicables. de acuerdo con esta postura, basada en aspectos psicológicos, la existencia de un ser divino no es resultado de un ser existente y trascendente sino que es creación o formulación de nuestra psique (alma humana). Algunos autores que defienden esta postura son: Friedrich Schleiermacher, Ludwig Feuerbach y Sigmund Freud.
Sin embargo, esta teoría nos habla de la naturaleza humana más no propiamente del origen de la religión o el surgimiento del deseo del hombre por conocer a Dios.
La teoría darwiniana o evolucionista de la religión, de igual modo que la subjetiva, afirma que la religión realmente se da con el hombre mismo. En otras palabras que la religión es un proceso evolucionista de la misma cultura del ser humano, por lo que sus manifestaciones y supuestos varían. De allí se pasa a un segundo término con aspectos animistas. La fuerza impersonal se transforma en un espíritu personal. Existen dos grupos de espíritus: el espíritu de naturaleza y los ancestrales, los primeros habitan en los animales y los otros en los antepasados.
Más adelante, surge el politeísmo y después el henoteísmo, la adoración de varias deidades pero con distinta jerarquía. Sin embargo, finalmente las religiones se han desarrollado en forma inversa.
Por último, la postura del monoteísmo afirma que la religión se origina por revelación de Dios. Es así como el monoteísmo se asume como la primera forma, y de ahí se ha desviado en diferentes creencias. Las características básicas del monoteísmo son: un Dios personal, un ser con conocimiento y poder y que Dios ha creado el mundo.
Desde el punto de vista de la Antropología, el hombre se ha definido de manera clásica con el término de “animal racional”, que se entiende como un ser capaz de pensar y de llevar a cabo procesos biológicos no muy diversos.
Se cree que el ser humano tiene una relación directa con la divinidad, basada en su racionalidad, es decir, el hombre tiene la capacidad de descubrir el designio de un ser superior que se ha hecho presente.
Debido a su trascendencia, el hombre puede entender la realidad de la religión. Por su inteligencia distingue la presencia, no siempre evidente, de un ser superior, que aunque es distinto a él, se manifiesta cercano.
La religión converge de dos formas: como un esfuerzo personal de las criaturas para llegar a Dios y como la bondad de un ser supremo para dejarse conocer por sus criaturas con el fin de enseñarles el camino de la felicidad.
No se debe olvidar que el hombre también es un ser dotado de libertad, por lo que puede dar una respuesta afirmativa o negativa, de aceptación o negación, de amor u odio, ante ese ser que se quiere hacer presente.
Con la racionalidad, el hombre se da cuenta de su posición dentro de la creación y logra entender que tiene una dependencia ante el creador, Dios.
Para poder conocer a Dios, el hombre ha descubierto varios caminos. El primer camino es el de la razón, que a su vez puede ser de modo espontáneo o más estructurado a través de la ciencia o la filosofía. De manera espontánea el hombre puede llegar a un descubrimiento haciendo uso de la deducción. Desde temprana edad el hombre concibe el concepto de dios y lo acepta sin discusión, éste es su primer acercamiento con él.