En la actualidad puede decirse que la mayoría de los programas educativos de nivel superior se conducen con base en situaciones mixtas de aprendizaje que exceden la simple combinación de recursos tecnológicos y presenciales, para incluir una mezcla de métodos pedagógicos, los cuales incluyen diversas estrategias docentes, con diferentes grados de implicación de las tecnologías.
Esto significa que los programas de aprendizaje mixto pueden incluir, entre otros elementos: situaciones de enseñanza tradicional conducida por un profesor en un salón de clases, actividades sincrónicas en línea, programas de auto estudio al ritmo del estudiante o sistemas de soporte al desempeño.
La literatura especializada en aprendizaje mixto reconoce algunas dimensiones que pueden combinarse en los procesos formativos. Entre ellas, y con base en la experiencia, se puede recomendar un modelo que incluye las siguientes posibilidades:
- Alguna combinación de situaciones presenciales y virtuales, como cuando se ofrecen materiales de estudio y recursos de investigación en la Web, mientras se conducen sesiones de clase presenciales como medio principal de enseñanza.
- Combinar interacciones individuales y grupales, en actividades que implican el procesamiento independiente de materiales o la discusión colaborativa de ideas.
- Diseñar tareas que se encuentran en algún punto entre las más realistas, con significado para los estudiantes, o las más abstractas, que no se relacionan con contextos familiares para ellos.
- Combinar aprendizaje estructurado y no estructurado con la realización de actividades, lo que implica contar con secuencias estrictas de revisión de contenidos y materiales, o bien, tener una estructura general para enfocar los temas, pero dejando libertad a los estudiantes para que aporten contenidos u opiniones respecto al curso.
En la Figura 01 (Peñalosa Castro, E. 2013) se muestra un modelo mixto que reúne las dimensiones mencionadas.