Editorial Digital UNID

Blog EDU 02

Porfirio Díaz tenía un gusto peculiar por las costumbres y tendencias francesas, el cinematógrafo como parte de esa cultura tecnológica gala, le resultó atractivo y solicitó captar su imagen. El invento llegó a nuestro país el 6 de agosto de 1896, apenas ocho meses después de su primera exhibición (proyección) pública.

Este hecho puso a México como uno de los eslabones histórico-mundiales del séptimo arte, pues cabe mencionar que fue el primer país en el continente americano que contó con un cinematógrafo, traído a México por Claude Ferdinand Von Bernard y Gabriel Veyre, una especie de vendedores al servicio de los hermanos Lumiere.

Apenas unos días más tarde, el primer comentario –cuasi crítico- al respecto del cinematógrafo, lo hizo el poeta, Luis G. Urbina en el periódico ‘El Universal’, en el que señaló:

“A este nuevo aparato, que trata, como sus rivales, de entretenernos con la reproducción de la vida, le falta algo también: le falta el color, quizá con el tiempo adquiera el sonido. En su mano está adquirirlo. Puede trabar amistad con el fonógrafo y pedirle auxilio”.

Más de 30 cortometrajes documentales y otros tantos de ficción, en la mayoría de los cuales, el mandatario Porfirio Díaz era la figura central de los filmes, fue el inicio de la cinematografía mexicana. Dichas producciones, fueron realizadas por Von Bernard y Veyre en la Ciudad de México, incluso en el propio Castillo de Chapultepec, en Guadalajara y Veracruz.

Conoce más de la cinematografía en México

01 800 000 UNID (8643)